Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

Vivimos en un tiempo en dónde todo pasa deprisa. La rutina está llena, la mente está siempre ocupada y el corazón muchas veces, vacío. Corremos para darle atención a todo, pero vamos perdiendo la paz. La alegría es la conexión con Dios. El alma grita por descanso, pero continuamos ignorando las señales.

Fue para momentos así que Jesús hablo:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras alma”. Mateo 11:29

El no ofrece un descansó superficial, es más profundo, que renueva por dentro. El mundo impone un ritmo que nos agota, pero Jesús nos invita a vivir un ritmo de gracia, mansedumbre y paz.

“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” – Isaías 30:15

La Biblia nos alerta contra el peligro de una vida llena de trabajo, pero vacía de Dios… En Eclesiastes 2:22-23, pregunta: “Que tiene el hombre de todo su trabajo?” Y responde: solo dolores y tristeza. En Salmos 127:2 aprendemos que “es inútil levantarse de madrugada y recostarse tarde y comer pan de dolores”, pues el señor da a sus amados el descansó. No esta mal trabajar, planear o esforzarse. El  problema está en hacer todo lejos de Dios, intentando cargar pesos que no fueron hechos para nosotros.

El verdadero descansó no está en las vacaciones ni en el tiempo libre, pero sí en la presencia de Dios. Solo el puede llenar el vacío dejado por la prisa, por la ansiedad y  por la separación. Los corazones acelerados necesitan aprender a parar, escuchar y confíar.

“Porque dos males há hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua..” – Jeremias 2:13

Si tú corazón anda cansado, ansioso y vacío, acepta la  invitación de Jesús. Ve hasta él. Desacelera por favor, para ser restaurado por dentro.

Vivir com él y cambiar el caos por la paz, y la ansiedad por la confianza, y el vacío por la plenitud.